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EL CORRESPONSAL

Proponen renombrar el Aeropuerto Internacional de Carrasco: o Carlos Gardel o Julio Sosa

Proponen renombrar el Aeropuerto Internacional de Carrasco: o Carlos Gardel o Julio Sosa

PASO CARRASCO. (7214). El aeropuerto internacional de Carrasco, ubicado en Paso Carrasco - Canelones- se llama oficialmente Gral. Cesáreo L. Berisso, pero hay 2 propuestas para cambiarle el nombre: o Carlos Gardel o Julio Sosa. Son proyectos de ley de los diputados nacionalistas Alberto Perdomo y Mauricio Cusano, de noviembre de 2005, y de la actual vice ministra de turismo, la frenteamplista Liliám Kechichián que quiere ponerle Carlos Gardel. Ambas propuestas derogarían la ley ley Nº 16.677, de 14 de diciembre de 1994, que designó al aeropuerto Internacional de Carrasco "General Cesáreo L. Berisso" aprobada en el período de gobierno del Presidente Lacalle. 

 

¿Quien fue el General Cesáreo L. Berisso? Hay varias versiones de la vida de este precursor de la aviación uruguaya. La Fuerza Aérea Uruguaya por ejemplo le dedica una pagina a su vida, segun su visión (pulsar aquí para ver http://fau.gub.uy/historia/BIOGRAFIAS/berisso.htm)  

 

El Parlamento fue informado en 1994 de la propuesta de nombrar a Carrasco, Gral Berisso, por el ex ministro de interior -entonces legislador- Dr. José Díaz informó (pulsar aquí para ver http://www.parlamento.gub.uy/sesiones/AccesoSesiones.asp?Url=/sesiones/diarios/senado/html/19941201s0059.htm

 

En Montevideo una calle lleva el nombre del avidor Berisso -desde el años 2004- antes conocida como calle Capitán Berisso, (primera al Norte de la vía férrea y segunda paralela del camino Capitán Coralio C. Lacosta) y que saliendo de la Av. de las Instrucciones cruza la conocida por Plus Ultra, designada en el Art. 2º como Mario García Cames, para finalizar en la Av. Gral. San Martín. Salvo el de la Escuela Militar de Aeronáutica (Pando), que lleva el nombre del general Artigas, los restantes aeropuertos uruguayos, llevan el nombre de pioneros y precursores de la aviación nacional.  

 

En la subregión de América, también predomina el criterio de nominarlos con los nombres de los precursores de la aviación. Los dos principales aeropuertos argentinos y una larga nómina (ninguno lleva, a vía de ejemplo, el nombre del Libertador San Martín), el de Río de Janeiro y el de varias capitales estaduales de Brasil.

 

Los principales aeropuertos de Chile, muchos de Bolivia, los de Colombia, el de Asunción, el de la zona del Canal de Panamá, los de Perú, incluida Lima, llevan hoy nombre de los precursores y pioneros de la aviación nacional y no la de sus libertadores. Una excepción, es el de La Habana, que lleva el nombre de José Martí. Hay unos pocos países que combinan las designaciones con nombres de héroes o políticos y el de personalidades de la aviación nacional o mundial.

 

Para la actual vice ministra de Turismo, el aeropuerto debe llamarse Carlos Gardel porque "su voz inconfundible se paseó por el mundo cautivando aun a quienes no alcanzaban a comprender cabalmente su lunfardo porteño.

El nombre de Carlos Gardel, es patrimonio cultural de la humanidad, ciudadano del mundo, argumentó entonces la diputada Kechichian- pero sobre todo sinónimo del hombre del Río de la Plata, merece el reconocimiento de nuestra sociedad. En ese sentido, es que proponemos que el Aeropuerto Internacional de Carrasco, pase a llamarse "Aeropuerto Internacional de Carrasco - Carlos Gardel", proyectando ahora al "zorzal criollo" como anfitrión etéreo de los visitantes de un mundo que, en otro tiempo, supo a su vez recibirlo y disfrutarlo en su arte, en su voz y en su bonhomía" 

 

Para los diputados Perdomo y Cusano el aeropuerto de Carrasco debe llamarse Julio Sosa, el cantor de tangos -nacido el día 2 de febrero de 1926 en tierra canaria- ciudad de Las Piedras-, hijo de Luciano Sosa, peón rural, y Ana María Venturini, lavandera; cuyo nombre completo era Julio María Sosa Venturini.

 

Julio Sosa de joven, tuvo muchos trabajos -informan los legisladores en su exposición de motivos- como ayudante de mercachifle, vendedor ambulante de bizcochos, podador municipal de árboles, lavador de vagones, repartidor de farmacia, marinero de segunda en la aviación naval. 

 

Julio Sosa se casó a los 16 años; dos más tarde, se separó de aquella muchacha, llamada Aída Acosta y empezó a cantal en la ciudad de La Paz, con la orquesta de Carlos Gilardoni. Se trasladó luego a Montevideo, para cantar con las de Hugo Di Carlo, Epifanio Chaín, Edelmiro ''Toto'' D'Amario y Luis Caruso. Con esta última, llegó al disco, donde dejó cinco interpretaciones para el sello Sondor en 1948. En junio del año siguiente, ya estaba en Buenos Aires cantando en cafés, como Los Andes, de la esquina de Jorge Newbery y Córdoba. En agosto, lo descubrió el letrista Raúl Hormaza, que no demoró en acercarlo a Enrique Mario Francini y Armando Pontier, que andaban con ganas de sumar un nuevo cantor al que ya tenían en su típica, Alberto Podestá. De ganar veinte pesos por noche en el café, pasó a los mil doscientos mensuales con Francini-Pontier. 

 

En abril de 1953, pasó a la típica de Francisco Rotundo, con la que grabó en Odeón y de cuyas placas se recuerdan aún verdaderas creaciones como las de "Justo el 31 ", "Bien bohemio" y "Mala suerte".En 1958, contrajo un nuevo matrimonio, con Nora Edith Ulfed, con la que tuvo una hija, Ana María. Ya separado, reincidió, con Susana "Beba" Merighi, su compañera hasta el fin de sus días. En 1960, reveló su otro aspecto artístico, el de poeta, con la publicación de un único libro, "Dos horas antes del alba". También incursionó en la letra tanguera con la pieza "Seis años", que lleva música de Edelmiro D'Amario. 

 

Fue un periodista, Ricardo Gaspari, titular del departamento de prensa y promoción de la empresa editora de los discos, quien lo bautizó "El Varón del Tango". En el cine se representó a si mismo en la película "Buenas noches, Buenos Aires" (1964), en la que entonó y bailó con Beba Bidart "El firulete", en medio de unos jóvenes "twisteros" que terminaban por pasarse a los cortes y quebradas. Al margen del tango y la poesía, Sosa tuvo otra pasión, los automóviles.

 Fue propietario de un Isetta, un De Carlo 700 y un DKW modelo Fissore. Con este último auto chocó el 25 de noviembre de 1964, la zona norte de Buenos Aires. Fue internado en el Hospital Anchorena, y al día siguiente falleció. El velatorio fue en el estadio Luna Park debido a las multitudes que concurrieron a despedir sus restos mortales. 

Perdomo y Cusano afirman que "el departamento de Canelones y la República Oriental del Uruguay le deben un gran reconocimiento, a quien tan bien nos representara con su timbre de voz tan especial. Qué mejor homenaje para Julio Sosa, "El Varón del Tango", que cada vez que un vuelo arribe a nuestra terminal aérea internacional se escuche decir: "Arribamos al Aeropuerto Internacional 'Julio Sosa', Canelones, Uruguay"

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