!Pobre Artigas! Feliz cumpleaños y perdón.
MONTEVIDEO. por Rafael Bayce (tomado de lo publicado el dia 15/06/2007 | Revista CARAS Y CARETAS | Sociedad - Sin Mascaras | Página 44). Los días 19 de junio, cumpleaños el único uruguayo -en la época, 'oriental'- al que no se le festeja su cumpleaños. En lugar de eso, se conmemora su 'natalicio', que se produjo ese día, de 1764, hace 143 años. Según las últimas investigaciones historiográficas, parece haber nacido en donde es hoy la esquina de Colón y Cerrito, en Montevideo.
Sin embargo, donde se lo homenajea desde hace 96 años es en la localidad de Sauce, en Canelones, quizá antes de que Artigas le ganara definitivamente a sus enemigos decimonónicos las batallas políticas e históricas sobre su imagen, perfil y dimensión nacional e internacional, reafirmando su magnitud y la localización en Sauce de la casa solariega de la estirpe de los Artigas, que allí obtuvieron su solar en el reparto de tierras que Zabala hizo entre los pobladores fundacionales de Montevideo.
Y por allí retozó mucho el prócer, durante su infancia y hasta los 14 años. Nuestras felicitaciones a Sauce.
La magnitud de Artigas. Todos saben que no soy nada nacionalista. Quizá no todos saben de mi poco aprecio por la mayoría de los llamados héroes patrios. Ni que, si pudiera, sustituiría el nombre de innumerables avenidas, bulevares, calles, plazas y monumentos a lo largo y ancho de Uruguay, dedicados a indiscutibles crápulas o, al menos, muy discutibles figuras de nuestra historia. Pero de Artigas tengo muy buena opinión. Y creo que merece más.
Cuando en el mundo se conocen hechos y dichos suyos, surge una unánime emoción casi incrédula sobre su solidez moral y su vanguardismo ideológico. Y no sólo por sus ideas, sino porque las llevó a cabo en su trayectoria pública como líder y gobernante. Sin entrar en excesivos detalles que escapan a las dimensiones del espacio de que dispongo aquí y ahora, anoto los siguientes componentes de su original y potente pensamiento.
1) La influencia, para la organización de las luchas populares desde 1810 hasta 1820, de las juntas populares que en España organizaron la resistencia de defensa, de la legitimidad de Fernando VII frente a la invasión napoleónica, movimiento al que Artigas adhirió por lo menos desde 1808 hasta 1812. La Batalla de Las Piedras no fue independentista sino defensora de Fernando VII contra las tropas españolas, a la sazón napoleónicas, que operaban en Montevideo.
2) Su educación franciscana -concurrió a una escuela de esa orden que quedaba donde hoy está la Parroquia de Nuestra Señora de la Paciencia, en la Aduana- debe haber sido responsable de su consideración por los indígenas, su proximidad a los 'gauchos', su amor por los animales. No se me ocurre otra influencia que explique una actitud tan distinta de la común en su época.
3) La concepción de la naciente democracia republicana al modelo concretamente norteamericano de entonces. Si el espacio nos diera, intentaríamos rescatar para el futuro la vigencia, que debe actualizarse, de algunos de sus principios más caros y conocidos.
Artigas ha resultado el triunfador en una larga competencia histórica y política que siempre ocurre cuando un nuevo país independiente tiene que construir las bases de su identidad, eligiendo los hechos, personas y dichos en los que desea cimentar su especificidad en el concierto de las naciones.
El gran historiador Eric Hobsbawn escribió al respecto una obra fundacional: La invención de la tradición. Más que una 'invención', debería hablarse de 'construcción' colectiva a través del espacio y del tiempo, en que los historiadores y la historiografía juegan un papel inicial, pero que los textos escolares, las celebraciones públicas y las altisonantes frases de los oradores en esas ocasiones consolidan, sin mayor conciencia popular acerca de las intensas luchas ideológicas que se libran en esas ocasiones, ni de los cambalaches que terminan imponiéndose como resultado de equilibrios imposibles intentados entre rivales ideológicos, seleccionando unas cosas y ocultando otras, jerarquizando y secunda-rizando, adjetivando, consagrando iconos -estatuas, bustos, pinturas-.
¿Qué pasó con Artigas, que ha terminado en el vértice, en el ápice del Olimpo criollo de héroes patrios? Es claro que debía reunir cualidades que, en la época, lo pudieran calificar como militar triunfador, líder carismático, modelo épico-moral, y una colección de hechos y frases susceptibles de encarnar con facilidad para la memoria admirativa todas las otras dimensiones. Pues bien, Artigas poseía esas virtualidades. Una intensa lucha histórica y políticoideológica terminó poniéndolo en el pedestal en que hoy está. Pero no todo fueron 'rosas', ni en su época ni durante el siglo veinte, como veremos.
¡POBRE ARTIGAS!
Durante su vida, quizá sólo enfrentó lo que podrían llamarse 'gajes del oficio': traiciones, concesiones de principios, el comienzo de una 'leyenda negra' sobre sus dichos y hechos. Luchó contra los ingleses, los españoles afrancesados, los porteños, los portugueses y los brasileños. Se retiró dignamente, con fieles seguidores gauchos, indígenas y perros cimarrones, traicionado por Buenos Aires con complicidades montevideanas. Se exilió definitivamente, traicionado por figuras provinciales argentinas y un patriciado urbano montevideano. Se negó a aprobar 'nuestra' independencia, forjada por el imperio británico, secundado por Argentina y Brasil, con connivencias orientales también. No quiso firmar la primera Constitución de 1830, no quiso concurrir a su jura, ni volver en 1841, invitado por Rivera en su segunda presidencia. La 'leyenda negra' a su respecto llevó muchos años de investigación histórica v de lucha ideológico-política.
Pero lo peor le ocurrió muerto, cuando ya no podía ni luchar, ni exiliarse, ni negarse a aprobar lo que pensaba firmemente que era inconveniente. Y creo que lo fue. Aquí estamos como estamos, estructuralmente débiles en nuestra inserción internacional, con un magro mercado interno, dependiendo -como nunca hubiéramos debido estar de coyunturas externas: lo que Artigas nunca quiso que fuera a suceder y que se negó a aceptar cuando sucedió.
Muerto, Artigas fue enterrado en un Mausoleo con estatua ecuestre en la ¡Plaza Independencia!, solución que nunca quiso para la nación. Enterrar a Artigas allí es como agarrar a Morena muerto y depositarlo en el Parque Central. O hacer lo mismo con Rubén Sosa en el Palacio Peñarol. Sólo muerto lo podían hacer convivir con la idea de una Banda Oriental independiente. Y menos con 'esa' independencia.
Su absurda última morada 'corona' la avenida 18 de Julio, fecha que odió, cuando se juró una constitución que no quiso firmar y a cuya celebración se negó a venir desde Paraguay. Paraguay, cuya dignidad defendió un hijo suyo como soldado contra la cobarde agresión de la Triple Alianza -Argentina, Brasil, Uruguay-.
Esa avenida que odiaba, que involuntariamente corona, nace, también paradójicamente, en el Obelisco de los Constituyentes, casi todos enemigos suyos, que lo impulsaron a exiliarse y que pulverizaron, en la Constitución que redactaron, todos los principios y decisiones de las Instrucciones del año XIII, de su Gobierno Provisorio y del Reglamento de Tierras. De la libertad de cultos pionera pasamos a que "La religión del Estado es la Católica Apostólica Romana"; de la concesión de una de sus estancias, la de Arerungúa, a los charrúas, a su exterminio, traicionero y cobarde, además.
Es increíble que los 18 de Julio se celebre esa jura con desfile y parada militar, cuando en esa constitución se proscribía a los militares de la ocupación de cargos públicos. Y se agrega, a esa absurda ceremonia, el Cuerpo de Blandengues fundado por Artigas, como ya vimos, irreconciliablemente opuesto a esos constituyentes, a esa constitución y a esa independencia.
"¿Querías sopa? Toma dos platos", le han dicho nuestros políticos del siglo veinte al Artigas que traicionaron y atacaron en el siglo diecinueve. No lo dejaron tranquilo ni muerto. Lo siguieron vejando simbólicamente. Pero hay más.
Ese río que es la avenida 18 de Julio, que comienza en el Obelisco de los Constituyentes y termina con la Plaza Independencia con Artigas en estatua y mausoleo, ¿de qué afluentes se alimenta? De las calles Lord Canning y Lord Ponsonby; el primero, el autor de la política exterior de la potencia imperial hegemónica de la época, Gran Bretaña; el segundo, el imple-mentador de la misma en el Río de la Plata, co-dueño del saladero donde desembarcaron los 33 Orientales financiados por masones y estancieros pampeanos para pelear por el 'país tapón' entre potencias nacientes, como Argentina y Brasil, que querían los ingleses.
Yo no sé si es simple disparate cambalachero o si es sutil cinismo lo que está detrás de ese inmenso dislate que es todo lo anterior, de lo que Artigas es parte involuntaria y que no hubiera permitido en vida. Claro, en un país en que a los ediles de Montevideo se les ocurrió llamarle 'Charrúa' a un estadio de fútbol recién construido en el ¡Parque Rivera!, todo es posible.
Es necesario cambiar nuestra enseñanza de la historia y los nomenclátor ciudadanos a través de todo el país. Se enseña cada disparate, se venera cada bandido, se diseñan espacios públicos tan incoherentes, se toma cada iniciativa 'patriótica', que podrían merecer el Almanaque Guinness del mamarracho.
Por eso, pobre y gran Artigas, feliz cumpleaños.
Y perdón por todo lo que te ha hecho el país que te llamó Jefe de los Orientales y fundador de nuestra nacionalidad.
3 comentarios
Seba -
Maria Carmen Iguini Fernández Chávez -
Orgullosos estamos de ti
Siempe supiste ser el mejor
Embellece la Patria tu Honor
Glorioso
Estandarte
Recuerda
Victorias
Artigad
Soldado
Inmortal
Olvidarte jamás!
Artiga, abuelo oriental
Recibe en la gloria
Todos te lo enviamos
Inmenso cariño.
Gracias por siempre
Artigas, y que el
Sol hoy brille en tu honor!
Maria Carmen Iguini Ferández Chávez -
Orgullosos estamos de ti
Siempre supiste ser el mejor
Glorioso
Estandarte
Recuerda
Victorias
Artigas
Soldado
Inmortal
Olvidarte jamás
Artigas, abuelo oriental
Recibe en la gloria
Todos te lo enviamos
Inmenso cariño
Gracias por siempre
Artigas y que el
Sol hoy brille en tu honor.
Barros Blancos 17.06.07