Señora Directora Acerca de las extradiciones de militares a Chile digo...
A diferencia de lo ocurrido en la República desde el año 1830, el actual gobierno es de ideología marxista-leninista siendo la mayor parte de sus integrantes componentes del movimiento terrorista tupamaro o del partido comunista, los que habiéndose levantado en armas contra un gobierno legalmente constituido hubo obligación legal de combatir y militarmente vencer. Esto ocurrió en cumplimiento del estado de guerra interno que, en el año 1972, declararan los órganos constitucionales del Estado, dentro del ámbito de sus competencias. Vencidos por las armas, continuaron la lucha psicopolítica donde triunfaron, accediendo al gobierno dos décadas después, y, por tanto, ejerciendo ahora el Mando Superior sobre las mismas Fuerzas Conjuntas, que militarmente los derrotó. Desde el Manifiesto Comunista del año 1848 hasta el presente, pasando por confirmaciones de sus ideólogos y por la proclama final de OLAS en Cuba, en el año 1967, el objetivo fundamental del marxismo en el mundo sigue siendo. La demolición de la máquina burocrática-militar de estado como condición previa a toda verdadera revolución popular. Fieles a estos antecedentes ideológicos y a sus compromisos electorales, ya están teniendo rápida aplicación en forma simultánea, importantes logros marxistas en las áreas sindical, educacional y militar, lo que confirma sus propósitos. Con las facilidades de ejercer el Mando Superior de las Fuerzas las están destruyendo gradualmente y reconstruyéndolas a sus fines. La extradición de tres queridos y respetables camaradas que hoy nos convoca no es un hecho aislado. Es la culminación exitosa de tanteos y presiones de distinta naturaleza que, aceptados progresivamente en nombre de una subordinación sin límites, han alcanzado a veces el campo de la humillación, lo que ocurre, cuando no se interpone entre ambas, el carácter, que es un componente esencial de la formación militar. Al margen de las tan cuestionables interpretaciones legales, que entrando a veces por sus intersticios, pretenden justificar lo que el sentido común rechaza, llama la atención en este caso, que coincidiendo con la visita de la Presidenta de la República de Chile, se extradite a ese país por un hecho juzgado y archivado en el nuestro dando mérito para que un nuevo juzgamiento se reinicie en el extranjero. Legisladores del mismo partido gobernante y de la oposición, han coincidido en el rechazo de esta extradición, única en nuestra historia y atentatoria de nuestra soberanía, lo cual evidencia que no solo el ámbito militar se conmueve. El revanchismo ha ido creciendo en la medida que se le ha tolerado. Y habiendo llegado mas allá de lo tolerable se hace necesario ponerle fin. El manipuleo de los Derechos Humanos. paradójicamente empleado por quienes sistemáticamente los violaron, están consiguiendo desprestigiar a las Fuerzas Armadas para desarraigarlas del contexto nacional y, tergiversando la historia, hacer olvidar cuál es el origen de todos los males que se cuestionan. En la situación actual, a la que nunca se debió llegar, en la que está en juego la Soberanía Nacional ya bastante afectada junto al prestigio de la institución militar que constitucionalmente tiene la obligación de custodiarla, es necesario una urgente solución política. El 3 de febrero del año pasado un mes antes de que este gobierno accediera al poder, el diario “El País” publicó con el título "Quieren Ejército al servicio del Partido" un reportaje que se me hiciera y que en parte expresa: "Porque lo que ellos quieren son dos cosas, primero ver al ejército de rodillas y segundo . ¿saben lo que quieren? que el ejército sea el brazo armado del partido, no de la patria" Dejo a consideración del lector si alguna de estas dos adversidades está lejos de la realidad. La posición militar no es otra que de pie, con la frente alta, la mirada limpia con reflejos de historia. y con el corazón latiendo lealtad. lealtad con el superior y con el subalterno. lealtad con el presente y con el pasado. Gral. Iván S. Paulós
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