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EL CORRESPONSAL

El Domaine Castelar antigua casa del Dr. Cándido Juanicó restaurada y remodelada

El Domaine Castelar antigua casa del Dr. Cándido Juanicó restaurada y remodelada

JUANICÓ (2012). El empresario Fernando Deicas del Establecimiento Juanicó, invitó al Instituto Histórico de Juanicó (IHJ) a visitar el Domaine Castelar restaurado y remodelado por el Estudio de Arjona Arquitectos por cuenta de Fernando Deicas su actual propietaraio . El Domaine Castelar fue la casa del Dr. Cándido Juanicó, que construida en 1850, está ubicada en los límites entre Juanicó y Canelón Chico. Es una construccion de 2 plantas, 40 hectáreas de viña y bodega boutique en inmenso sótano; la propiedad es producto de una remodelación, restauración y adecuación  del matrimonio Deicas-Cafaro. Insumió 4 años -en 2 etapas- y costó una cifra no revelada.

El empresario Fernando Deicas, recibió a los integrantes del IHJ, (en compañía de 2 de sus 4 hijos) y personal de la finca, y condujo toda la visita explicando cada detalles, sin olvidar que la casa es sólo el centro de la producción futura de las mejores vides de la zona para lo que será en unos años, las joyas de la producción vitivinícola de la familia Deicas-Cafaro.

Los integrantes del Instituto Histórico de Juanicó, liderados por su presidente el Edil Dr. Lúquez Cilintano observaron todo el trabajo realizado.El lugar es notable, mucho más al pasar a ser de nuevo el hogar para una familia productora. Deicas y su familia se establecen en Domen-Castellar (nombre de la finca) por largos períodos para estar más cerca de la producción vinífera. En el Domine-Castelllar (y en su acondicionado sótano de 8 habitaciones) se establecerá la boutique de finos vinos de la familia Deicas, comenzando por su producto estrella hoy el Licor de Tannat. Varias botellas distribuidas por la casa, muestran esa vigencia.

El lugar será un atractivo turístico para la zona, además del ya tradicional paseo turístico al Establecimiento Juanicó y así lo hicieron notar los integrantes de la delegación del IHJ quienes intercambiaron conocimientos de fincas de la zona con el dueño de la casa. La degustación de uno de los productos de la empresa marcó el final de la visita.

El único que no quedó conforme fue el inmenso perro Homero, custodia de la finca, pues no logró llegar a tiempo para posar en la foto testimonio tomada por el diario EL CORRESPONSAL. 

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