El cruel incendio que diezmó una familia.
EMPALME OLMOS (3819) por Xosé de Enriquez (especial para El Corresponsal). Un trabajador de 37 años perdió la vida al intentar salvar a su familia de las llamas, cuando tomara fuego la vivienda que habitaban en la localidad de Empalme Olmos, a 40 kilómetros de Montevideo, mientras que horas después, fallece su hijastro de 10 años en el Hospital Pereira Rosell.
La vivienda de la familia Cabana está ubicada en la calle Rufina Conde de Rodríguez, casi la vía férrea, en un extremo de la localidad canaria de Empalme Olmos, a un kilómetro de la ruta 8, y a 40 de Montevideo. Hay disconformidad policial con demora excesiva de la emergencia. Hacía más de tres años que los Cabana se habían instalado en ese lugar, tiempo suficiente para entablar una relación casi familiar con el resto de los vecinos, como suele ocurrir en los pequeños poblados del interior.
El siniestro, cuyas causas se desconocen hasta el momento, comenzó después de las cuatro de la madrugada del jueves 4. Se especula que pudo haberse desatado en la estufa a leña, si bien un vecino que estuvo junto al dueño de casa viendo un partido de fútbol por televisión, asegura que Daniel Cabana apagó el fuego al terminar el juego. Otra versión hace referencia a la posibilidad de un corto circuito en la instalación eléctrica. Los Bentancor, son vecinos linderos de la casa siniestrada y se encontraban despiertos ya que la señora llegaba a las 4 de trabajar en la fábrica de cerámicas del lugar. En seguida sintieron gritos y salieron afuera. Bentancor y Pablo, el otro vecino lindero, no dudaron en acercarse solidariamente aún a riesgo de sus propias vidas, intentando prestar ayuda.
Trágico desenlace. La niña pequeña del matrimonio Cabana, logró ser rescatada de la finca en llamas, pero el resto de la familia terminó quedando atrapada en el baño, que se convirtió en una implacable trampa mortal. Un vecino dio alerta a los bomberos, que llegaron inmediatamente. El oficial Sosa, del destacamento de bomberos de Pando, dijo a EL CORRESPONSAL que “siempre llegamos tarde, porque cuando se nos llama el fuego ya está declarado y muchas veces las personas intentan apagarlo por sus propios medios; actuamos con premura e hicimos lo que estuvo a nuestro alcance”. Con respecto a las víctimas mortales del accidente, Sosa expresó que “el instinto de la gente los lleva a veces a querer esconderse en algún hueco o lugar cerrado, lo que termina provocando la asfixia”.
Por su parte, el sub comisario de la seccional 7ª de Pando, Líber Marteluna, también señaló a EL CORRESPONSAL que tanto Bomberos como la Policía llegaron casi de inmediato, pero expresó su profunda molestia con la demora de las unidades de emergencia médica, que arribaron al lugar del siniestro media hora después de haber sido alertadas. Marteluna dijo “que este problema en Pando ya es viejo; no podemos contar con ellos, siempre llegan tarde o no llegan y debemos realizar los traslados de las personas heridas y en estado grave en los móviles policiales; en este caso fuimos nosotros quienes trasladamos a los niños heridos.”
Triste balance. Daniel Cabana, de 37 años falleció asfixiado en la propia vivienda, y el pequeño Richard, de 10 años, murió en horas de la tarde de ayer en el Pereira Rosell. Su madre, Shirley Gao y su hermano Carlos, se debatían entre la vida y la muerte, mientras que su hermanita Alison, de 5 años se encuentra fuera de peligro. Los vecinos que ingresaron a la vivienda estaban ilesos, aunque uno de ellos había resultado con heridas en el brazo y mano derecha. Bomberos no ha dado a conocer hasta el momento el resultado del peritaje, para saber el origen del siniestro que diezmó implacable, a una laboriosa familia, enlutando a la comunidad de Empalme Olmos.
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