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EL CORRESPONSAL

Detrás de las ventanas hay vecinos con miedo

Detrás de las ventanas hay vecinos con miedo

EL PINAR (1288) por Carlos Cuagliano. En El Pinar los vecinos están cada vez más preocupados –y ahora movilizados- por la ola de robos en esta zona de la Costa de Oro. El viejo Hormigón de El Pinar fue hace ya tiempo una de las entradas más importantes a las playas como la de El Pinar.

En el verano por la pesca en las cercanías del banco y los lance de apenas 60 metros con el que se obtenía buena pesca, pero ahora todo ese lugar es un peligro. Los comerciantes fueron asaltados en más de una oportunidad, y apuntan a una barra de jóvenes que al caer la tarde, acosan a todo aquel que desciende del colectivo en  la Avda. Giannattasio y el hormigón o en la Ínter balnearia con la misma intersección.

La Policía recorre durante el día. Según dijo Luis, un comerciante que quiere formar una comisión de seguridad para la zona, ya que sabe que la policía llega tarde, según explican- por las fallas técnicas del 911. Andrés es gomero y piensa que los vecinos deben ser más solidarios, mientras cuenta que un sereno fue corrido a pedradas por los delincuentes, mientras  quien lo contrató no hacía nada por defenderlo.

“Yo fui –dice Andrés- y lo traje para mi gomería, al pobre hombre” porque “ellos saben con quien se meten”. El dueño del Abitab fue copado en 2 oportunidades, en la segunda, su empleado fue lesionado duramente. Vanesa, joven propietaria de una provisión a tan sólo 2 cuadras del hormigón de El Pinar relató que le coparon el comercio a las diez  de la mañana. La policía tardó en llegar aduciendo que no tenían móviles, y cuando llegaron “de los  chorros no estaba ni la sombra” afirmó Vanesa.

Mientras habla, mira para todos lados con una clara expresión de nerviosismo, “nosotros les decíamos son esos, son esos (señalándole a los delincuentes) pero la policía no nos creía. No nos hacían caso, era de locos”. Según Vanesa ante lo ocurrido puso un tejido en la puerta del negocio para atender “desde adentro”. Dice que la zona es una boca de lobo, no hay una luz en 2 cuadras y cuando llamamos a la Comuna Canaria dicen que ya vienen pero…nada. Vanesa tiene unos veinte años y con su esposo atienden la pequeña provisión pero viven asustados.

Sostienen que pagan los impuestos para que el Estado se haga cargo de la seguridad, y no para que ellos tengan que autoprotegerse. Los vecinos de esa zona hablan de esto casi en secreto como para que no los escuchen. A media mañana hubo arrebatos hasta robo de bicicletas. La cantidad de policías es insuficiente, 4 agentes por turno para patrullar la zona cercana a la  comisaría. 

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