La Torre de Carrasco, sin el radar, retrocedió 15 años.
PASO CARRASCO. (4227) Hubo 48 fallas del radar en los últimos 7 meses y el Presidente de los Controladores Aéreos, Fernando Reyes dijo “es un desastre. Arriesgamos nuestra vida y la de otra gente”. Los controladores Aéreos del aeropuerto de Carrasco, están trabajando –para orientar el tráfico de aviones- con los reportes de posición de los pilotos.
Advierten que el radar de la Terminal aérea “está mal y no es confiable”. Trece veces falló el radar de Carrasco en un mismo mes y 3 en un mismo día, según informó Mónica Robaina del diario El Observador. Cada día salen de Carrasco unos 16 vuelos de Pluna, Aerolíneas Argentinas y Sol Líneas Aéreas con destino a Ezeiza y Aeroparque. Otros 14 aviones arriban desde Argentina, pero ahora con el radar fallando, la Torre de Carrasco retrocedió 15 años, volvió al 1992.
El 23 de mayo, ni siquiera habrá Controladores de Trafico Aéreo en la Torre de Carrasco porque los agremiados van a la huelga. Barboza, dirigente de la Asociación de Funcionarios de la Aeronáutica Civil, informó que no se atenderán vuelos turísticos ni comerciales. Los “servicios esenciales”, como vuelos sanitarios, de emergencia o humanitarios sí estarán cubiertos. Funcionarios de Aduanas, barreras sanitarias del MGAP y controles aéreos se sumarán a la medida.
A los cortes de puentes se le sumó la inseguridad en el puente aéreo Montevideo-Buenos Aires. El sábado 5 de mayo, el radar falló 3 veces, por lo cual los controladores operaron según los reportes de posición de los pilotos, “que son humanos y pueden tener errores en la lectura de los instrumentos”, dijo a El Observador el presidente del gremio, Fernando Reyes.
El dirigente dijo que el radar “está mal y no es confiable” y que el Ministerio de Defensa no se hace cargo de esa situación. “Es un desastre y vamos a tomar medidas porque estamos arriesgando nuestra vida y la de otra gente”, advirtió. De acuerdo al informe gremial, el radar de Carrasco falló un promedio de 7 veces por mes, con picos de 13 veces en 30 días y de tres en un mismo día.
La situación tiene en el aire a los controladores, que piensan en no operar más con un radar que consideran poco fiable. La alternativa es confiar en los informes que envíen los pilotos y en los sistemas de radioayuda que sirven para orientar al comandante de cabina. En Uruguay, esos equipos son insuficientes y, además, tienen problemas con el mantenimiento, según dijo a El Observador el dirigente de la Asociación de Funcionarios de la Aeronáutica Civil, Ricardo Barboza.
El radar sirve para controlar la distancia vertical y horizontal de los aviones en los aeropuertos de Ezeiza y Jorge Newbery (Aeroparque); su falla obligó a aplicar el antiguo mecanismo “procedural”, que provoca retrasos y que, por milagro, no desató una tragedia.
La Federación Internacional de Pilotos de Líneas Aéreas (Ifalpa, por sus siglas en inglés) teme una catástrofe y por eso la semana pasada pidió a sus afiliados de todo el mundo que extremen las medidas de seguridad en los cielos bonaerenses. “Eso repercute en todo el tráfico aéreo del Río de la Plata. Ahora retrocedimos y los controles se hacen como hace 15 años, cuando cada una de las aeronaves reportaba su posición y era un lío”, relató a El Observador el presidente de la Asociación Civil de Pilotos de Líneas Aéreas (Acipla) de Uruguay, Oscar Rivero.
Los aviadores tienen instrucciones de mantener una separación vertical y longitudinal con períodos de 10 minutos entre despegues, además de reportar su ubicación según los instrumentos de cabina. Rivero cree que este mecanismo contribuye a reducir la inseguridad, pero también entiende que “puede ser una bomba en potencia” porque todo queda supeditado a la pericia del aviador. Tampoco hay forma de evitar demoras. El piloto recomienda a los pasajeros uruguayos que se armen de paciencia, tengan “mucha calma” y sepan de antemano que aterrizarán entre 10 minutos y dos horas después de lo estipulado por la aerolínea.
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