Esencialidad en el Inau '¡póngase los pantalones, sra. presidenta!'
MONTEVIDEO (2612) ¡Póngase los pantalones, señora presidenta! titulo la revista Caras y Caretas, dirigida por el Dr. Alberto Grille. Al conocerse la declaración de servicios esenciales en el Sistema de Ejecución de Medidas Educativas Juveniles -ex Interj ahora Semej-, Alberto Grille, publicó un Editorial dirigido a la Presidenta del Inau la maestra Nora Castro.
"La declaración de servicios esenciales en el Sistema de Ejecución de Medidas Educativas Juveniles -ex Interj-, sorprendentemente, en pocas horas, parece haber puesto las cosas en su sitio.
El sindicato de trabajadores dice aceptar la autoridad del directorio y de la Justicia, aunque me parece que aún no tienen bien metido en la cabeza que algunas de las medidas que aplican están pegando en el palo de lo que es una violación a la ley penal.
Semejante declaración -que no hace más que volver a su cauce las aguas en un torrente desbordado-, alcanzó para levantar la enérgica medida adoptada por el Ministerio de Trabajo.
El directorio recuperó la autoridad, luego de años de tires y aflojes que todos los días alimentan los noticieros de radio y televisión y los titulares de diarios y semanarios.
Yo sigo teniendo gran confianza en la gestión de la presidenta del Inau, la maestra Nora Castro, quien deberá poner el monstruo con las patas para abajo y la cabeza para arriba.
Para eso necesitará tiempo, recursos y autoridad, decencia de procedimientos, inteligencia, voluntad, tenacidad e independencia de criterios.
Se encontró con un directorio integrado ya por dos directores que debieron haberse ido con Giorgi, jerarquías muy vulneradas en su autoridad y corresponsables de la gestión que se llevaba, hasta el momento de la designación de Castro. Se encontró también con reglamentos y disposiciones perforadas por todos lados, indisciplina, descontrol, insubordinación sindical, falta de transparencia administrativa, desprecio por los funcionarios de carrera y bastante clientelismo y politiquería.
Todo esto, sumado a la absurda política -seguida durante el lapso en que estuvo al frente el padre Mateo Méndez- de entreabrir las puertas de la Berro para utilizar las repetidas fugas como manera de descomprimir la presión del ingreso de menores al establecimiento, ha llevado a una situación que, inevitablemente, iba a atiborrar los lugares de internación juvenil, como nos lo dijo hace seis meses el juez de Menores Guido Berro y nosotros advirtiéramos en CARASyCARETAS.
De todas maneras, Nora sabía lo que se iba a encontrar.
No sé muy bien lo que se está haciendo, porque los movileros de los noticieros no saben casi nada de lo que se está hablando, y no preguntan nada de lo que en realidad me importa. El lunes, el directorio se reunió con todos los directores de la Colonia Berro y todos -a excepción de la directora del Hogar Ituzaingó- se negaron a aceptar a los chiquilines que estaba hacinados en el Hogar Puertas, aunque tenían cierto margen para hacerlo.
El directorio tiene que amonestarlos y advertirles que la reiteración de actitudes indisciplinadas, como la mencionada, ameritan sanciones crecientes hasta la cesación de las encargaturas y de sus cargos de dirección.
En realidad no fue el sindicato el que impidió la entrada sino los directores, algunos de los cuales son, a su vez, parte de la interna sindical que no asumieron la responsabilidad de dar la orden de aceptarlos porque, tal vez, no les dio la nafta para luego hacerla cumplir.
Me cuesta entender que para dar y ejecutar una orden a media docena de directores haya que declarar la esencialidad, pero sirve para entender el grado de afectación de la autoridad que hay por esos lados.
Hoy no hay más de cien muchachos en la Berro, muy por debajo de la cantidad que históricamente ha albergado dicho centro;; si no me equivoco, hay solamente 8 en el SER, 15 en el Ariel, 15 en el Piedras, 34 en el Ituzaingó, 16 en Rincón ,12 en Cerrito y 12 en La Casona.
Es verdad que hay muchos funcionarios certificados por médico para evitar ir a trabajar, que muchísimos de los cientos de funcionarios que han ingresado a la institución en los últimos tres años han logrado -con la permisividad de las autoridades- emigrar para otras unidades, es cierto que hay que mantener un número de internados manejable para evitar las condiciones inhumanas de reclusión y facilitar el manejo de los chicos. También es cierto que el personal está desmotivado, que hay un debilitamiento del liderazgo institucional y se carece de un proyecto. Pero hoy hay más muchachos en los hogares de Montevideo que en la Colonia Berro, y eso nunca había pasado.
Por eso creo que hay que aprovechar este momento para ordenar la casa, y dejar claro que el directorio manda y va a aplicar todas las acciones administrativas necesarias para exigir el cumplimento de las labores asignadas, para beneficio de los adolescentes internados, de los funcionarios asignados a su custodia, a labores educativas y de apoyo, y de la propia institución.
Por suerte parece que las cabezas se enfriaron y se evitaron colisiones y heridas que después son difíciles de cicatrizar. Ahora hay que darse tiempo para avanzar en soluciones de fondo, que van a llevar tiempo, para afianzar algunos recursos relativamente paliativos a corto y a mediano plazo y para mostrar una conducción enérgica, justa y transparente, que trabaje para mejorar las condiciones de internación de los muchachos privados de libertad y su resocialización, y de los funcionarios que trabajan con ellos y que merecen también condiciones más humanas en esta tarea que demanda un gran compromiso social.
Por lo pronto, en pocas semanas habrá tres o cuatro establecimientos reacondicionados para albergar infractores, y habrá que tener recursos para ponerlos a funcionar"
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